Hay un gran número de personas que sostienen la vieja frase de que “ya está todo inventado”, que no hay nada nuevo. Eso puede ser – o no – cierto, pero es claro que están surgiendo muchas ideas brillantes de mezclar y volver a barajar ideas clásicas.
Una de estas ideas es el brunch de marketing… ¿de qué se trata esta nueva propuesta?
En primer lugar, tenemos el brunch. “Brunch” es un portmanteau (una palabra compuesta, una mezcla de palabras) entre “breakfast” (desayuno) y “lunch” (almuerzo). Es una comida que se sirve entre las 10 am y el mediodía, comúnmente acompañada de alguna bebida alcohólica, y está compuesta de una mezcla de alimentos que pertenecen tradicionalmente al desayuno (sobre todo a los desayunos americanos y británicos) y de alimentos que pertenecen tradicionalmente al almuerzo.
Entonces, un brunch de marketing se trata de una comida (realizada antes del mediodía) realizada con clientes con el objetivo de promocionar con ellos tus productos o servicios.
Es un poco una reversión de la clásica “cena de negocios” pero con algunas (muy considerables) ventajas…
¿Cuáles son las ventajas del brunch de marketing?
Ante todo, estamos hablando de clientes que van a tener la flexibilidad de horarios para ir a una comida a las 10 am. Es decir, probablemente no sean empleados, sino que hablamos de inversores, jefes, empresarios, emprendedores, freelancers. Son personas para quienes parte de su trabajo es ir a este tipo de reuniones y eventos – estamos filtrando personas que vayan solo por la comida sin tener ningún interés real en tu producto, servicio u negocio. Las personas que asistan a un brunch van a estar escuchando tus propuestas con atención.
Con lo cual, no hay que olvidar una de las reglas fundamentales del marketing: si el producto le genera un valor al cliente, el producto se vende solo.
El segundo punto a considerar es una estrategia interesante para captar la atención de potenciales clientes porque, de una forma u otra, esos clientes salen ganando: si les interesa lo ofrecido, es bueno para ellos y, si no, de todas formas obtienen una comida gratis. No solo eso sino que, además, es una comida ideal para personas ocupadas – cubre tanto el desayuno como el almuerzo.
También puedes adaptarlo a tus necesidades: un brunch (como cualquier comida) puede tratarse de una reunión entre pocos o entre muchos, y puede tener un menú fijo o ser más bien “tenedor libre”. Puedes realizarlo en un restaurante o casa de comidas (es importante reservar los asientos) o – si tienes algún espacio apropiado (como una sala de reuniones) – puedes contratar servicios de catering especializados que te lo lleven a donde necesites.
Pero lo más importante de todo a la hora de decidirte por un brunch de marketing es pensar en la relación que genera el compartir una comida con un cliente potencial. Estás compartiendo sensaciones, sabores, colores. Estás compartiendo de la misma forma que compartís (y que ellos comparten) con familias, con amigos, con parejas – estás generando un vínculo íntimo.
Cuando generás dicho vínculo con un cliente, generás un valor agregado que refuerza el valor que ya tiene tu producto/servicio. Estás generando algo simil a una amistad (que los que han trabajado en atención al cliente saben de primera mano que es una ventaja gigante sobre cualquier competencia). Estás demostrando en acciones que, si el cliente adquiere tu producto o servicio, va a recibir la mejor atención y la mejor calidad. Le estás demostrando que vas en serio, que es lo suficientemente importante para vos como para que inviertas en invitarle a comer solo por ser un posible cliente.
Si tu producto o servicio es bueno, si es “una oferta que no van a poder rechazar”, al invitar a tus potenciales clientes a un brunch les estás haciendo muy difícil que digan que “no” sin presionarlos de ninguna forma que sea inadecuada o que te arriesgue a perderlos (ellos aceptaron ir, después de todo).
¿Cuál es tu estrategia para atraer clientes? ¿Hay alguna de la cual te gustaría conocer más? ¡Contanos en los comentarios!